La batalla:
Intento de sorpresa en Quebrada Honda:
Todo el ejército chileno llega a Quebrada Honda a las 6 pm del 25 de mayo. Una avanzada de arrieros con 60 mulas y barriles de agua es capturada por jinetes peruanos del Húsares de Junín que estaban en vigilancia. En los interrogatorios, los arrieros revelan que el ejército chileno estaba compuesto por 22 mil hombres, lo que hace cambiar de planes al general Campero. Se decidió que todo el ejército aliado atacara al ejército chileno de madrugada en Quebrada Honda, aprovechando la oscuridad.
A la medianoche del 26 de mayo se emprendió la marcha del ejército aliado a Quebrada Honda. En medio de la noche perdieron el rumbo debido a la neblina y la expedición no tuvo éxito, por lo cual se tuvieron que volver a sus líneas, arribando a las 5 am a la posición original. Pero resultó que 3 divisiones peruanas y una boliviana se extraviaron sin saber su ubicación. El coronel Belisario Suárez tomó el mando y ordenó que se esperase al amanecer para emprender la marcha, pero fueron vistos por las avanzadas del batallón Atacama que les hizo disparos mientras se retiraban, llegando estas fuerzas aliadas al Alto de la Alianza a las 7 am. Las fuerzas aliadas no durmieron por la frustrada expedición.
Desarrollo de la batalla:
Cuando los batallones bolivianos Colorados y Aroma llegaron al ala izquierda, Campero ordenó que hicieran fuego sobre las fuerzas aliadas que huían, a fin de hacerles dar media vuelta.Pronto se ubicaron en la línea de batalla y resistieron a las fuerzas chilenas de Amengual. En el centro, el coronel Castro Pinto recibió el refuerzo de 2 Krupp bolivianos que fueron colocados sobre la izquierda de su línea y de los batallones peruanos Provisional de Lima y Cazadores del Rímac que eran la reserva del ala derecha.Las divisiones chilenas llegaron a unos 80 metros de las trincheras aliadas ya sin municiones, que había sido repartidas en cantidad insuficiente. Las tropas de Amengual y de Barceló se mezclaron y comenzaron a retroceder. Fue en ese momento, que el coronel Camacho ordena un contraataque de conjunto con las divisiones peruanas de Cáceres y Suárez y toda la infantería de Castro Pinto, que combatían a las fuerzas de Barceló.
Fin de la batalla:
La IV División del coronel Orozimbo Barbosa, emprende un ataque a la derecha aliada, con el batallón Zapadores a la izquierda, el regimiento Lautaro al centro y el batallón Cazadores del Desierto a la izquierda. Montero moviliza a la línea su única reserva que le quedaba, la División Del Solar. La División peruana de Dávila sale a enfrentarse a las fuerzas chilenas, pero la superioridad numérica y la falta de refuerzos lo hace retroceder. La batería chilena de Fontecilla se desplazó para atacar a los aliados, media batería atacaba a las fuerzas y la otra mitad, a la batería Krupp boliviana. la batería de Fontecilla llegó a estar a 400 m del reducto derecho aliado. El regimiento Lautaro peleó tendido a tierra y por eso tuvo pocas bajas.Consecuencias:
En Chile:
El ejército chileno tuvo 2.028 bajas según la razón de bajas del ejército chileno,pero de 24 jefes y oficiales y 450 hombres de tropa muertos, y 192 jefes y oficiales y 1.369 hombres de tropa heridos, un total de 474 muertos y 1.458 heridos según el historiador militar Francisco Machuca. La División de Reserva casi no participó y sólo tuvo 17 bajas.El Teatro Municipal de Tacna es ocupado como hospital chileno. En la batalla se dispararon más 1.700 tiros de cañón.
En el campo de batalla, el ejército chileno tomó 4 cañones Krupp de montaña de 60 mm, 4 Blakely de montaña de a 4 , 2 Blakely de campaña de a 12 pdr, 5 ametralladoras Gatling, una ametralladora Gardner, 34 lanzas de caballería, de 4 a 5 mil rifles de diversos sistemas y calibres, y otros pertrechos más.
En la batalla murieron el Teniente Coronel Ricardo Santa Cruz Vargas, comandante del Regimiento de Zapadores, Carlos Severin, Subteniente del Regimiento Santiago, el teniente Moisés Arce y el Capitán Rafael Torreblanca, del Regimiento Atacama (que perdió el 47% de sus hombres), entre otros muchos chilenos.
En Bolivia:
Las bajas de las fuerzas aliadas han sido calculadas en su conjunto. Los chilenos estiman en 2.500 hombres de tropa y 150 jefes y oficiales los muertos y heridos en el campo de batalla. El jefe de las ambulancias bolivianas, doctor Dalence dijo que el número de muertos alcanzaría a 1.500 más o menos, habiendo sido repasados 65 a 70 de ellos. Los jefes muertos fueron 23. Jorge Basadre indica que los oficiales muertos fueron 185 y las bajas de tropa como 2.000 entre peruanos y bolivianos casi en partes iguales.Entre los prisioneros estaban el general Claudio Acosta, los coroneles Eliodoro Camacho, Ildefonso Murgía, Exequiel de la Peña, Adolfo Flores, Andrés Ríos, Ángel Sarco, José Ávila, Nicanor Bacca y Corsino Balsa.
En Bolivia se recuerda como héroe al joven Juancito Pinto, tambor del Regimiento Colorados, comandado por el Coronel Ildefonso Murguía Anze.
Las fuerzas bolivianas, al mando de Campero, deciden en Pachía retirarse hacia La Paz, donde llegan el 10 de junio.
En el Perú:
El ejército peruano tuvo 147 jefes y oficiales entre muertos y heridos.El contralmirante Lizardo Montero pudo reunir parte de los dispersos peruanos en Torata, retirándose con ellos hacia Puno, donde llegaron 2 mil soldados y se reúnen a las nuevas tropas formadas en Cusco y Puno con destino a Arequipa.
Montero y Del Solar llegan finalmente a Lima. A Montero, rival político del dictador Piérola, le esperan juicios en Lima. Del Solar, que había sido prefecto de Tacna, en cambio es nombrado prefecto de Arequipa.
La guarnición de Arica, al mando del Coronel Francisco Bolognesi, recibe las noticias del resultado de la batalla en Tacna y se prepara para la defensa de Arica.
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